Mi mano se hunde entre letras,
buscando vida en la masa
de signos sin sentido,
que crece sobre pantallas espejo.
Triste el despertar,
triste el sueño
de letras sin palabras definidas,
letras perdidas, descosidas.
Tormentas letreadas me rodean.
De día, con cansancio ojean
los párpados las letras sin sentir.
De noche, las nubes se arquean
sobre los sueños, gotas de plomo virtual,
cargadas de relámpagos mentales,
se tornan en un baile salvaje y mortal.
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