Mi pluma se rompió
y se sentó al lado de un corazón.
El corazón la abandonó y
fue a buscar un alma voladora.
El alma aprendió a volar
y se unió a los pájaros, migrando hacia el sur.
Los pájaros buscaron un árbol
y se sentaron en su regazo.
El árbol llamó al leñador
para acompañarle a su hogar.
El leñador encontró a un artesano
y le regaló el trozo de madera.
El artesano quiso darle sentido
y la transformó en una jaula.
La jaula buscó un pájaro
y lo encerró entre sus barrotes.
El pájaro deseó la libertad
y se hizo pluma.
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