Extrañas circunstancias yacen
entre las luces carcomidas.
Historias entrelazadas sobre
verdades y mentiras.
Alguna vez el fuego crece
sobre las aguas cristalinas.
Los árboles nacen ya muertos
en las llanuras de la vida.
Silencioso el camino
que un dios ha dibujado.
Entre las nubes resplandecen
las almas de los desdichados.
Los violines tocan tristes,
siempre la misma sinfonía.
El mísero esclavo entona
la oda de la alegría.
Y sobre el ser desheredado,
se mece y se mezcla el día.
La noche, libertad eterna,
sana, tejiendo valentía.
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