Sí, me gusta el fútbol y también la filosofía, el arte, la literatura,
pensar, pasear, alegrarme de "lo bueno" y saborear la vida en todos
sus aspectos.
Me gusta el fútbol cuando veo en la pantalla o en el campo un equipo de
gente entregada al "todos para uno". Me gusta ver como se desarrolla
una buena estrategia de juego, pensada, razonada y entrenada un montón de
veces. Me gusta ver un equipo de personas trabajando y "sudando la gota
gorda" para que las cosas salgan bien, para que el resto de la gente, se
lleve una alegría.
No me gustan las estrellas ni las víctimas. Me gusta ver a gente que se
apoya, que piensa, que actúa, y si tuviera un hijo, me encantaría que le
gustara el fútbol, que quisiera ser futbolista, jugador de baloncesto, de
balonmano o que se apasione por cualquier otro deporte o trabajo que pudiera
transmitirle estos valores.
Sin embargo, si tuviera un hijo, prometo que me avergonzaría si me dijera
que quiere ser un gran banquero o que se ha inscrito para una oferta de trabajo
en una "agencia de calificación" o en la bolsa de valores.
Sé que todo esto puede sonar a demagogia, pero estoy cansada de escuchar que
el fútbol es el opio del pueblo. Puede que lo sea, en parte, según se mire,
pero si cambiamos el punto de vista por un momento, puede que encontremos en el
"maldito fútbol" muchas razones para darle un voto de confianza.
No nos van a salvar, ni el fútbol ni el deporte en general, del atolladero
en el que estamos metidos en el viejo continente, pero menos, mucho menos nos
salvarán o "rescatarán" los "corbatitas" de traje negro y
cuello blanco que tanta importancia se dan.
Sí, es verdad que algunos deportistas ganan demasiado dinero. Sí, es verdad
que hay escándalos de corrupción también en el fútbol, que hay clubes que no
han cumplido con el pago de sus impuestos, pero ellos no han creado la crisis y
por lo menos los deportistas y sus logros nos regalan algún que otro momento de
felicidad, de alegría, un motivo para compartir un buen rato con nuestros
amigos.
Mi voto va para el fútbol, para el deporte, para el arte, para la filosofía,
para la música, para todo aquello que nos regala ilusión y nos permite
disfrutar de la vida.