martes, 23 de febrero de 2016

Ensayo: Dibujo 3

En versos limpios escondo mis heridas.
De nada soy, ni viento, ni orilla han ido acariciando mi lamento.
Pero a la postre, lluvia desmedida.
Cincel, que ilumina en toscas, frías piedras, eterno desaliento.

Un hombre fui, cercano, atrevido.
Moví el cielo sin pisar la tierra.
Después permanecí erguido.
Impávida estatua de un truhán cualquiera.

Medidas no le puse a mi obra.
Cerré mis sueños en los campanarios.
Abrí los brazos, imité las olas
Y los vendí de joven a los mercenarios.

No me arrepiento, corazón eterno, de haber jugado al juego milenario.
Gané la  gesta, sólo por lucharla.
Rompí los moldes en el digno intento
Y caminé mil leguas hacia el mar abierto.



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