lunes, 26 de enero de 2015

Mentiras y paz

Átame un rato con mentiras.
Cúbreme de nubes que nunca existieron.
Háblame de prados que nunca pisaré.
Déjame la paz que nunca gozaré.

Llévame a tierras que están hechas de aire.
Cuéntame la historia de los fuegos mojados
y déjame sentir como al respirar,
las gotas inundan mis pulmones de nieve.

Permite el levitar de mi cuerpo cansado.
Alienta mis ganas de huir y
ayúdame a esconderme cómo lo hacen los átomos en la materia.

Limpia mi conciencia con un paño de seda
y déjame creer que es verdad.

Admite que los sueños no lo son.

Átame un rato con mentiras.
Cúbreme de nubes que nunca existieron.
Háblame de prados que nunca pisaré.
Déjame la paz que nunca gozaré.





Diccionario sagrado - Escribir

Dejar el alma cruzar el camino entre el yo y el infinito universo de los otros. Hay muchas maravillas en el mundo, y una de ellas es conseguir materializar un pensamiento, un sentimiento un sueño. Imágenes que se forman como embriones en el interior de nuestra mente, nacen del vientre de la fantasía y toman vida entre letras, pequeños signos, codificados en cientos de formas, cuyo eco es solamente percibido por aquellos que están familiarizados con el secreto del idioma, por los iniciados.

martes, 6 de enero de 2015

La duda

La duda lame mis heridas,
oscuras como la arena en el fondo del mar.
Yacen las descarnadas huellas de mis derrotas,
extendidas sobre la playa en invierno.

Sigo el camino labrado para mi,
dejando mis huellas atrás.
El vacío llena el espacio
y se extiende a mis espaldas.

Rompe el silencio en este preciso instante,
haciendo que retumbe mi pisada.
El cielo azul aguarda un helado segundo de eternidad,
inmóvil, callada estátua del presente.

Las cenizas se estremecen y revolotean vida.
Crecen en una espiral alada hacia un cuerpo de barro.
El alma encuentra sus aposentos y extiende capas de cansado aliento
sobre sábanas de nuevos aires.

El latido vuelve a irrumpir desde dentro.
Los pasos se persiguen con perfecta cadencia,
buscando sonidos que llenen el horizonte,
mientras, los brazos se extienden para alcanzar el alba.

La vida renace del vientre de la duda.