martes, 22 de octubre de 2013

Tristezas ajenas


Hay veces
que me canso yo también...

que la vida se dibuja
con un halo de desanimo
entre letra y letra

que las tristezas ajenas,
llenan el pozo de la sabiduría

que el viento corre suave
sobre tantos despropósitos mundanos

que el silencio se toca con agudos.

Hay horas que vuelven a sus amos
pidiendo perdón
espacios no pisados todavía
que gritan su ausencia.

Hay veces 
que me canso yo también
y muero lentamente 
entre palabras...





domingo, 20 de octubre de 2013

Luz


Pregunta

Me pregunto porqué estamos tan ciegos como para aceptar que hay alguien "más poderoso" que nosotros mismos. El poder como tal no existe. Es un ente que estamos creando entre todos al aceptarlo y propagar la idea de que hay "poderosos". 
Todos, absolutamente todos hemos nacido del vientre de una madre que ha tenido que soportar los dolores del parto como cualquier otra. Todos, absolutamente todos necesitamos alimentarnos para sobrevivir. Todos tenemos un cuerpo, una energía vital, emociones y un cerebro para pensar. A todos nos duele si nos rompemos un dedo o nos cortamos con un cuchillo afilado. Nos cansamos, nos enamoramos, nos peleamos, lloramos y reímos.
 ¿Dónde está la diferencia? ¿De dónde ha salido la idea de "poder"? 
Esta idea implica darle a otro humano, la potestad sobre nuestra vida, sobre nuestro ser. Esta idea implica además,  que el otro piense que tiene derecho a ejercer este poder sobre otro ser que en el fondo es igual a el, igual de poderoso o igual de vulnerable.
No tengo la respuesta, pero lanzo la pregunta y os invito a reflexionar....

sábado, 5 de octubre de 2013

Vuelta a casa





Llevo mucho tiempo sin escribir. Han pasado muchas cosas, demasiadas. La vida real ha ido tendiendo su manto de incertidumbre sobre las horas del pasado mes. El tiempo sagrado se ha parado para dejar que campe a sus anchas lo profano, lo lineal, lo efímero, lo material. Sin embargo, una vez que la conciencia ha hallado su verdadera morada, es imposible que no busque el hogar sagrado después de la tormentosa lucha con los elementos. La esencia desea volver a casa. El descanso del guerrero encuentra su tiempo y espacio y la sed de armonía se calma allí dónde se encuentra la verdad del ser, en silencio, en paz, en la unión de lo material con el espíritu. Las aguas vuelven a su cauce y el mundo se coloca según su intrínseca escala de valores. Sentado entre el cielo y la tierra, el hombre reconoce su ser como unión de los opuestos, como materia que sirve para encarnar el espíritu. Nada más y nada menos. Vuelvo a ser y vuelvo al ser, a pesar del juego sucio de la materia, quién, con su insolente prepotencia, intenta destronar al espíritu desde el principio de los tiempos.